Una canción circular está escrita de manera que el principio de la canción suena como una continuación de la misma. De manera que si se toca repetidamente, no se puede afirmar realmente dónde empieza y donde termina.
Para lograr este efecto podemos trabajar en distintos aspectos:
Un ejemplo es este fragmento de Blue in Green de Miles Davis / Bill Evans. La progresión fluye por ciclo de quintas y la melodía es simple.
Aunque aquí está escrita así, como suena en el original el principio es el compás 4 Gm7 y el final Dm7 compás 5. Lo que demuestra este concepto de circularidad.
Este recurso es una manera distinta de organizar la forma de una composición.
Podemos encontrar ejemplos interesantes en el pop que se aproximan a esta idea.
La versión de Justin Bieber de Fast Car (de Tracy Chapman) utilza una progresión de cuatro acodes repetida constantemente:
¿En qué tonalidad está la canción? Aparentemente está en Sol mayor, por el dominante D, un tanto alterado. O bien en Do mayor porque G es el dominante.
Realmente es la circularidad lo que da sentido a esta versión. De hecho, el último acorde que toca es D(add11)/F#, es decir, ¿queda en suspenso?, es como si fuera a empezar otra vez. (Nota: Bieber es zurdo...)
Otra canción que tiene una estructura circular es Joy in Repetition de Prince. La progresión repetida todo el tiempo es:
El siguiente ejemplo está basado en una progresión con bajo cromático:
La forma es irregular, son frases de 6 compases, cada dos uno adicional.
Aunque este compás adicional es un turnaround utilizado para modular la estructura circular se puede observar en la figura, terminando en un Dm6, momento en que podría continuar con el principio.
Para lograr este efecto podemos trabajar en distintos aspectos:
- Melodía: la frase inicial suena como una continuación de la frase final.
- Armonía: el acorde inicial continúa la progresión del final.
- Forma: la formas irregulares con número de compases distintos a los usuales crean este efecto.
Un ejemplo es este fragmento de Blue in Green de Miles Davis / Bill Evans. La progresión fluye por ciclo de quintas y la melodía es simple.
Aunque aquí está escrita así, como suena en el original el principio es el compás 4 Gm7 y el final Dm7 compás 5. Lo que demuestra este concepto de circularidad.
Este recurso es una manera distinta de organizar la forma de una composición.
Podemos encontrar ejemplos interesantes en el pop que se aproximan a esta idea.
La versión de Justin Bieber de Fast Car (de Tracy Chapman) utilza una progresión de cuatro acodes repetida constantemente:
C - G - Em7 - D(add11)/F#
¿En qué tonalidad está la canción? Aparentemente está en Sol mayor, por el dominante D, un tanto alterado. O bien en Do mayor porque G es el dominante.
Realmente es la circularidad lo que da sentido a esta versión. De hecho, el último acorde que toca es D(add11)/F#, es decir, ¿queda en suspenso?, es como si fuera a empezar otra vez. (Nota: Bieber es zurdo...)
Otra canción que tiene una estructura circular es Joy in Repetition de Prince. La progresión repetida todo el tiempo es:
Db9 - Cm9 - Fm7
El siguiente ejemplo está basado en una progresión con bajo cromático:
Gm6 - F#dim7 - Fm6 - Em6(add9) - Cm6(add#11) /Eb - Dm6
Em6 - D#dim7 - Dm6 - C#m6 - Am6/C
La forma es irregular, son frases de 6 compases, cada dos uno adicional.
Aunque este compás adicional es un turnaround utilizado para modular la estructura circular se puede observar en la figura, terminando en un Dm6, momento en que podría continuar con el principio.
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