EL CONTROL DE LA MELODÍA

Los elementos básicos de una melodía son la entonación y el ritmo. Melodía se puede definir como  una sucesión de notas en un ritmo. Generalmente es lo que más se recuerda de una pieza musical.

La frase melódica, igual que una frase gramatical, comprende un elemento musical completo. Es decir, se define a sí misma llegando a una resolución (rítmica y/o tonal); sobre todo en la música vocal, se relaciona don los momentos de respiración. Las frases cortas se unen formando otras más largas.

Hay dos tipos de movimiento melódico:
conjunto: por grados o pasos de una escala (intervalos de segunda)
disjunto: con saltos (mayores que una segunda).

El movimiento más natural es el conjunto, de ahí que la música vocal se centre en él, aunque existan saltos que dan carácter a la melodía.


Los tonos más estables de una tonalidad son el 1, 3 y 5 (fundamental, tercera y quinta). 1 es el más estable, luego la 5ª, luego la 3ª. El resto de tonos son inestables, siendo los más inestables la 4ª y la 7ª.
Los tonos inestables tienden resolver hacia abajo en los tonos estables, excepto la sensible (7) que tiende a subir a la tónica.
Los tonos cromáticos son todos inestables y tienden a resolver a la nota diatónica más cercana.

Las frases melódicas que terminan en un tono estable son tonalmente "cerradas", siendo la más cerrada la que acaba en la tónica.
Las frases melódicas que terminan en un tono inestables son tonalmente "abiertas", siendo la más abierta la que termina en la sensible (7).

Denominamos una melodía independiente a la que tiene suficiente interés rítmico y tonal sin que necesite de soporte de acordes (acompañamiento). Esto se logra equilibrando la cantidad de inestabilidad en la melodía respecto a la nota tónica.
En la práctica, las notas inestables no siempre resuelven en notas estables. De esta manera podemos controlar la melodía sabiendo cuál es su resolución natural y eligiendo si resuelve en ella o no. Así, crearemos momentos de expectativas, de mayor expectativa, de expectativas frustradas o bien satisfechas.
El movimiento se crea resolviendo esa inestabilidad en el reposo. Las notas estables se emplean con frecuencia en las cadencias cuando deseamos una resolución definitiva.
También se crea movimiento colocando en la melodía, en sitios estratégicos, tonos inestables que crean expectación. Que serán resueltas por los tonos estables en los principios o finales de frase.
El tono inestable al final de frase crea expectación hacia el tono resolutivo que suele aparecer más adelante.

En conclusión, la elección de tonos más estables o inestables respecto a la tonalidad que suena es un elemento más que nos permite controlar el discurso musical.


Ejemplo


En esta pequeña frase se han marcado en color las notas de la melodía más inestables que, estratégicamente están colocadas en semicadencias o bien al final a modo de "aceleración" antes del reposo.


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