COMPOSICIÓN (V): LA FRASE

Si el motivo es como una palabra, la frase musical es como una oración. Esta división en frases no es algo arbitrario, el oído humano tiene una capacidad de atención limitada, tras unos segundos hay que hacer un esfuerzo para mantener la concentración, por lo que las ideas hay que exponerlas clara y concisamente y fáciles de recordar. Al mismo tiempo la música a mayor escala juega con las expectativas y el cambio, el oyente, inconscientemente, compara motivos y frases, lo cual es más fácil si son cortas y memorables. La longitud de una frase depende de su entorno y donde está. Por ejemplo, al repetir una frase se puede acortar para evitar la monotonía, o se puede hacer más larga para aportar desarrollo e intriga.

La frase se estructura como una obra musical en miniatura. El inicio debe atraer la atención del oyente. Se desarrolla y evoluciona bien llevando el motivo a un clímax, bien introduciendo un motivo contrastante. La frase termina con algún tipo de puntuación (cadencia armónica o dinámica, etc...). Es importante también el número de motivos, una frase con más de tres motivos causará probablemente un problema de confusión al presentar demasiada información en poco tiempo.
En la música vocal la frase puede ser muy diferente ya que obedece al texto y el contenido motívico puede ser más neutral.

Veamos las partes de la frase:
  • El comienzo debe ser atractivo y fácil de recordar.
  • Desarrollo de la frase: 
    • Si se centra en una sola idea, debe existir algún tipo de progresión en aumento de intensidad: picos graduales en la melodía, acelerar el ritmo armónico, fragmentar el motivo, hacer la armonía más disonante, también puede ser eficaz llevar la melodía a un punto grave del registro. Habitualmente la progresión llega a una culminación modesta (local) o bien desciende a partir de dicho clímax. Este suele aparecer una vez pero puede repetirse con mayor intensidad una segunda vez. Lo importante en NO mantener el mismo nivel de intensidad durante la frase.
    • Si la frase contiene más de una idea, dicha progresión no es tan necesaria, ya que el contraste mismo motivará la curiosidad del que escucha. No hay tiempo para desarrollar dos ideas, lo cual ocurrirá en frases posteriores.
  • Final: habrá algún tipo de puntuación. Si la música es tonal, terminará con una cadencia.En otros estilos, habrá cambios texturales o rítmicos que crean dicha puntuación.
En este ejemplo trabajamos solo con un motivo. El inicio capta la atención por las notas abreviadas y ligadas y el arco ascendente con salto hacia abajo. En el desarrollo primero repetimos el motivo igual pero transpuesto una segunda arriba y con un pico local para la semicadencia en el dominante donde hay más tensión armónica por la 5ª aumentada y el acorde de segunda Do/Re en el bajo. Continúa el desarrollo fragmentando el motivo y ascendiendo por segunda cada fragmento. El final consiste en cadencia perfecta con aumento del ritmo armónico y puntuación (forte, acentos).

En la siguiente variante tenemos dos motivos. La primera parte de la frase es igual al caso anterior. En la segunda hay un nuevo motivo contrastante por su variedad rítmica. Su desarrollo consiste en transposiciones de segunda sucesivas. Observemos que, aunque esta segunda parte no supera en clímax de rango (notas más altas) a la primera, el propio contraste hace resolutiva la frase en su conjunto.

 
En la siguiente frase no tonal (con armonía por segundas) trabajamos con un motivo melódico.
Igualmente en el desarrollo llegamos en el compás 4 a un clímax melódico (Fa) y con mayor tensión armónica. La cadencia se produce mediante acentuaciones.

 

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