MELODIA A DOS O TRES VOCES (II)

Podemos dar un toque impresionista usando armonizaciones a otros intervalos distintos de la tercera y la sexta (considerados consonantes en la armonía clásica).

Vamos a partir de la misma melodía que en el post anterior y dejamos la línea de bajo igual. Al hacer esto con el bajo persistirá cierta sensación de que estamos en "do mayor", aunque los acordes se vayan por la tangente. 

Este tipo de armonizaciones lleva el paralelismo (acordes paralelos en intervalos) a su máxima expresión, por lo que cifrar los acordes no tiene ya sentido.

En la armonía por quintas se produce una sensación de espacio, de apertura, por la amplitud de los intervalos. Señalar que aunque la mayoría de quintas que utilicemos son quintas justas, se pueden usar 5ª disminuidas o aumentadas, según nos convenga, o según nos dicte el oído. 
Por ejemplo en el compás 2 hay una quinta disminuida Si - Fa, la cual queda bien por que en el bajo tenemos notas ditantes (Sol - Mi). Sin embargo, en el acorde final, que sería similar, se ha optado por un Si bemol (5ª perfecta con Fa). Podríamos usar la 5ª disminuida (Si natural) pero el choque con el Do de encima y del bajo es muy disonante para un final (aunque, como digo, nada impediría usarlo si se busca un efecto de desasosiego).


La armonía por cuartas da un efecto más cerrado. Igualmente podemos utilizar 4ª aumentada o disminuida cuando nos parezca conveniente.
Es habitual, por otro lado, combinar intervalos en las mismas frases para conseguir efectos de "contracción" o "expansión", incluso con otros que no sean cuartas o quintas.
Realmente podemos combinar cualquier tipo de intervalo, por ejemplo, armonizar desde la melodía por cuartas y por séptimas (pueden ser bemoles o naturales). Esto produce un efecto más jazzístico.
Escuchemos finalmente el efecto de cada tipo de armonización:





Comentarios

Publicar un comentario

Envía un mensaje.