En la música tonal las cadencias están marcadas, principalmente, por las progresiones armónicas. También contribuyen elementos melódicos y variaciones rítmicas, pero el peso de la armonía es muy fuerte. Así clasificamos las cadencias en perfectas, plagales, alternativas, etc... según el tipo de relación entre los acordes finales.
La música contemporánea, en muchos de sus estilos, carece de esta jerarquía armónica, a veces incluso de un centro tonal.
¿Cómo podemos reforzar la parte cadencial en estos casos?
1. Cambiar el rítmo de lo que se venía esuchando previamente (en la frase o sección). Estos cambios rítmicos en las cadencias también ocurren en la música tonal, pero en la música contemporánea adquieren más importancia.
Se trata, por tanto, de enlentecer el ritmo general, o acelerarlo, respecto a lo previo.
Veamos dos de las Seis pequeñas piezas para piano Op. 19 de Schönberg, la III y la IV.
2. Resolver la melodía medio tono arriba o abajo para dar sensación de fin. En la música tonal la movimiento conclusivo más importante es el de sensible-tónica. También el movimiento II - I (grados) es conclusivo. En general, independientemente del estilo, se reconoce el poder de estos movimientos melódicos para dar esa sensación de finalidad, y se utilizan en contextos no tonales.
Volvamos al op. 19 de Schönberg, la pieza número 5 termina con todas las notas (salvo el bajo) moviéndose un semitono arriba o abajo.
Finalmente, un ejemplo de repetición y éstasis es el final de La Cathedrále Engloutie de Debussy.
La música contemporánea, en muchos de sus estilos, carece de esta jerarquía armónica, a veces incluso de un centro tonal.
¿Cómo podemos reforzar la parte cadencial en estos casos?
Se trata, por tanto, de enlentecer el ritmo general, o acelerarlo, respecto a lo previo.
Veamos dos de las Seis pequeñas piezas para piano Op. 19 de Schönberg, la III y la IV.
2. Resolver la melodía medio tono arriba o abajo para dar sensación de fin. En la música tonal la movimiento conclusivo más importante es el de sensible-tónica. También el movimiento II - I (grados) es conclusivo. En general, independientemente del estilo, se reconoce el poder de estos movimientos melódicos para dar esa sensación de finalidad, y se utilizan en contextos no tonales.
Volvamos al op. 19 de Schönberg, la pieza número 5 termina con todas las notas (salvo el bajo) moviéndose un semitono arriba o abajo.
Este recurso también se ve en la I y la IV del mismo opus.
3. Utilizar silencios, espacios, repeticios y/o éstasis para suspender la percepción auditiva del oyente. Se trata de uno de los recursos más comunes en la música contemporánea.
El final de la pieza VI de Schönberg es un buen ejemplo de espaciamiento y silencio para la cadencia.
En Voilés de Debussy, hay un ejemplo de repetición. Al final, repite tres veces la primera parte del moivo inicial, antes de reposar en un acorde C-E.
Finalmente, un ejemplo de repetición y éstasis es el final de La Cathedrále Engloutie de Debussy.
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