ARMONÍA POR SEGUNDAS Y SÉPTIMAS

Anque la armonía clásica tonal está basada en la armonía por terceras, es posible construir acordes basándonos en otros intervalos (y sus inversiones), como cuartas/quintas y segundas/séptimas.

Hemos de diferenciar los acordes por segundas de la adición de segundas a otro tipo de acordes (por terceras o cuartas) en cuyo caso se trada de acordes con notas añadidas, con efectos colorísticos. Nos referimos a acordes de novena, o con segunda añadida, o con sexta añadida, etc...

Dado que los intervalos son complementarios terceras/sextas, cuartas/quintas, segundas/séptimas, podemos formar tres tipos de armonías por intervalos distintos (y complementarios). Quizá la armonía por cuartas se puede estudiar separadamente de la armonía por quintas, lo cual es tema de otra entrada.
En la armonía por terceras podemos tener el acorde totalmente dispuesto por terceras o bien abierto, con nota añadida, en inversión, etc...
En la armonía por cuartas podremos tener intervalos de cuarta justa y de cuarta aumentada, observemos cómo si en el acorde por cuarta C - F - Bb realizamos una redistribución Bb - F - C tenemos un acorde por quintas.
En el caso de la armonía por segundas, podremos disponerlas por segundas, séptimas e incluso novenas (con las mismas notas). Las segundas pueden ser disminuidas, naturales o aumentadas (C-Db, C-D, C-D#), aunque la segunda aumentada es igual a una tercera menor. Veremos a continuación las diferencias en utilizar unas u otras.

En la construcción de acordes por segundas tenemos cuatro posibilidades según los intervalos entre nota y nota:
  • Segunda mayor + Segunda mayor: F G A
  • Segunda mayor + Segunda menor: F G Ab
  • Segunda menor + Segunda mayor: F Gb Ab
  • Segunda menor + Segunda menor: F Gb Abb
Cuanto más abiertos son los intervalos (más segundas mayores), menos tensión se genera en el acorde.
Todos ellos se pueden invertir en distintas disposiciones, generando intervalos complementarios de séptimas.
Según el acorde esté abierto o cerrado también la tensión que general es más suave o fuerte. Con todos estos elementos podremos jugar para obtener un ritmo de tensión y reposo.


Para crear una armonía plena, usaremos tres notas por segundas. Para ello tendremos en cuenta distintos recursos:
  • Los acordes se pueden compactar a modo de cluster o abrir generando séptimas y novenas, todo esto suaviza la sonoridad.
  • Cuando las disposiciones son abiertas podremos crear efectos espaciosos, incluso con un mismo acorde.
  • Nótese el efecto de bajar el acorde al registro bajo y compactado.

Un recurso importante es la consolidación del acorde duplicando una de las notas. Para ello:
  • Si queremos un efecto suave duplicaremos una nota que sea consonante con el bajo (octava, tercera, sexta, quinta).
  • Si queremos un efecto tensional duplicaremos una nota que sea disonante con el bajo.




EJEMPLO 01 

A la hora de componer, tendremos en cuenta, por supuesto, cierta flexibilidad. Nos referimos al uso de notas de paso, cromatismos, etc.... Es decir, todo recurso que se salga de lo que, estrictamente, es una armonía por segundas está justificado con efectos estéticos. 
Al fin y al cabo, este tipo de armonía es otra forma de organizar el sonido y, por tanto, otra forma de obtener musicalidad, pero siempre es una elección del compositor el grado de "pureza" de estos sistemas.

Una manera (no la única) de componer armonía por segundas es escribir primero la melodía:
Posteriormente podemos añadir el resto de voces. También tengamos presente que este tipo de armonía es más bien lineal, más que pensar en formar "acordes", tendremos líneas melódicas donde las más importantes son la superior y la inferior. 
En azul se han marcado las partes donde la duplicación de la nota es consonante con el bajo (reposo) y en rojo donde dicha duplicación o no existe o es disonante (tensión).





EJEMPLO 02 

Pasajes largos con armonías por segundas pueden resultar monótonos. 
Este tipo de armonía se puede integrar con otros, como en este ejemplo donde la armonía de base es por terceras, clásica, y en el centro hay un pequeño receso por segundas, donde en color se han señalado los puntos de tensión al duplicar notas disonantes con el bajo.
En estas situaciones hemos de cuidar la transición de una armonía a otra. Así, desde el G7 del compás 4 nos dirigimos a una armonía por segundas donde la fundamental es C, creando un acorde que rememora al Cmaj.




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